La ciudad de Bratislava, capital de Eslovaquia
Situada junto al mítico río Danubio, la ciudad de Bratislava es uno de los destinos más desconocidos de Europa. Es la capital de Eslovaquia, y se encuentra a sólo 60 kilómetros de la ciudad austriaca de Viena. Gran parte de los visitantes que llegan a Bratislava lo hacen en barco por el río Danubio, y tras recorrer la ciudad quedan realmente encantados.
Aunque Bratislava posee un clima de tipo continental, se encuentra en una zona algo más templada que en otros países centroeuropeos. Los meses de verano se caracterizan por ser secos y calurosos, mientras que la temporada invernal es fría y con nevadas. La temperatura media en invierno es de -2 grados centígrados, pudiendo llegar a descender hasta los -20 grados. En verano las temperaturas oscilan entre los 20 y los 30 grados, siendo la época entre mayo y agosto la más calurosa del año.
Nada más llegar a Bratislava es muy recomendable dar un largo paseo por la Stare Mesto o ciudad vieja. En esta parte de la villa descubriremos la mezcla que existe de culturas, estilos y costumbres, algo que viene sucediendo desde hace siglos. Son muchos los lugares de interés en Bratislava que hay que visitar, como su imponente castillo, situado sobre una meseta en el Danubio, y que hoy en día alberga el Museo Nacional de Eslovaquia. No hay que confundir con el castillo de Devín, ubicado a 13 kilómetros de la ciudad y considerado uno de los lugares arqueológicos más importantes de Eslovaquia.
La visita continúa por la iglesia de Santa Elisabeth, que es de color azul y uno de los mejores ejemplos de Art Nouveau religioso en Europa; el edificio del antiguo Ayuntamiento, del siglo XV, que acoge el Museo Municipal; la catedral de San Martín, del siglo XV; la iglesia y monasterio de los Franciscanos, que fue consagrado en el año 1297, o la Puerta de San Miguel, la única que se conserva de las cuatro con las que contaba la muralla medieval de Bratislava.
La gastronomía tradicional de Bratislava posee una fuerte influencia de la cocina húngara y la polaca. Son muy populares las sopas como primer plato, sobre todo en invierno, y suelen servirse en el hueco de una hogaza de pan vaciada. Otros platos típicos se preparan con verduras, carnes de cerdo y vaca, aves o quesos, como el bryndzové halusky, que son patatas con un queso de oveja especial llamado bryndza y bacon frito por encima, o los pirohy, que es pasta rellena de bryndza. Los pescados de río más consumidos son la trucha o la carpa. No hay que olvidar los vinos eslovacos, que cada vez adquieren más popularidad porque son de buena calidad, tanto los tintos como los rosados y los blancos.
La oferta de hoteles en Bratislava ha ido mejorando en las últimas décadas. Actualmente cuenta con hoteles como el Arcadia, de cinco estrellas; de cuatro estrellas, como el Apollo Hotel Bratislava, el Hotel N 16, el Art Hotel William, el Hotel Devin o el Hotel Park Inn Danube, o de tres estrellas, como el City Hotel Bratislava, el Hotel Color, Hotel Club, el Hotel Set o el Hotel Botel Marina.
En Bratislava se concentra la mejor oferta histórica y monumental de Eslovaquia, y cuenta con una gran riqueza multicultural. Se debe a que la ciudad esta habitada por alemanes, eslovacos, húngaros o judíos. Son muchos y variados los teatros, museos, galerías de arte, salas para conciertos, cines o clubes de cine repartidos por la villa eslovaca.
Por la noche, Bratislava se transforma, ofreciendo una preciosa y nueva imagen con sus principales monumentos iluminados, y el ambiente nocturno es realmente bueno. Y dos últimas recomendaciones: no hay que abandonar la ciudad de Bratislava sin haber disfrutado de una taza de café en alguno de sus pintorescos locales, o sin haber captado las mejores panorámicas de la ciudad desde el mirador del Puente Nuevo, que se encuentra a 95 metros de altura.